Me niego mil veces.

Me niego a ser un blanco más en un fondo negro. Me niego a no sonreír porque sí. Me niego a no llorar porque quiera. Me niego a no ver. Me niego a ser lo que ellos quieren que sea. Me niego a no ser yo. Me niego a vivir sola, porque vivir sin ti no me asusta y sin ilusiones no hay miedo, pero quiero ser un terremoto, un desastre natural, reír a carcajadas, que me llamen loca, rara, estúpida... Me niego a ser por inercia. Me niego a no soñar, porque actúo por impulsos, y hoy quiero blanco y mañana quiero negro, y no me arrepiento de lo que hice, mas quiero volver hacia atrás para daros los besos que os debo, los te quiero atragantados y para ser más payasa y menos cuerda. Me niego a ser generosa con los que escupen a la espalda y a la cara sonríen y dan cariño más malo y falso que el whisky de garrafón que nos dan ya entrada la madrugada, que no, que no, que me niego a no ir de frente, a no decir lo que me duele, a conformarme con lo primero, que no, que no. Que me niego a no alzar la voz y a decir lo mucho que te quiero, lo poco que me gustas, lo bien que me va, lo que pienso y lo que no me das, que no, que no. Que me niego a no estar con los que quiero, con mi gente, los que me dicen te quiero, te quiero sinceros, porque te quiero aquí en lo malo y en lo bueno, que no, que no, que soy joven, pero se a que vienes y se porqué te vas, cuando la cosa va buena apareces y cuando se acerca malos tiempos te vas, que no, que no, que me niego a lo falso, a lo serio, a lo aburrido, a lo esperado, me niego a amistades envenenadas, a las personas cerradas, a quienes dan falsas esperanzas.

Tanto sol me ha dado insolación y desvarío. Me aburro y me enfado y escribo mientras suena El puchero del hortelano de fondo, encima que no me se la letra bien, te hago remix, rimas y  casi robos increíbles.